Tuesday, August 29, 2006

Palabras sobre Nighthawks


Un ejercicio más de las palabras de imágenes. En la Panamericana encontré un libro de Taschen sobre Edward Hopper que tenía esta pintura en su portada. Se llama 'los trasnochadores' o 'The Nighthawks' en inglés. Incluyo dos historias diferentes, separadas por líneas.

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Con las manos en los bolsillos arrastraba sus pies bajo la noche. Hoy no se detendría en Phillies aunque sabía que podría encontrar una charla agradable hasta el amanecer. Cambiaría de acera y pasaría de largo aunque la luz del café iluminaba toda la esquina y, de cara a la calle, Joe podría verlo. Saludaría con la mano en alto y continuaría su camino.


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Los tres conversaban animadamente. Parecían ser conocidos de hace tiempo. En la barra yo les escuchaba sus historias e imaginaba los personajes que nombraban. Me causó gran intriga una tal Susan.

Sunday, August 20, 2006

Sobre el lenguaje incluyente

Copio, una vez más violando la propiedad intelectual pero haciendo explícito el autor y la fuente, un artículo sobre temas interesantes de lenguaje. En esta ocasión es de la Revista Semana, y el autor es Héctor Abad. Es un artículo sobre el autodenominado 'lenguaje incluyente'.


Estoy de acuerdo con lo que dice Abad. Es una forma artificiosa de buscar la inclusión donde no debe buscarse. Está claro que en mis blogs cuando se usa el género másculino en palabras como 'niños' se entiende que incluye a ambos géneros a menos que el contexto se refiera exclusivamente al género masculino.

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Colombianos y colombianas, ridículos y ridículas?

Si el manual de estilo obligara a usar el lenguaje incluyente, el título tendría que decir: “cadena perpetua para violadores y violadoras de niños y de niñas”

Por Héctor Abad Faciolince
En estos días una amiga que aprecio mucho por su valor e independencia, Florence Thomas, escribió en El Tiempo que yo era "absolutamente alérgico al lenguaje incluyente". No la desmiento, lo soy, sobre todo si por lenguaje incluyente se entiende la costumbre de reemplazar la letra 'a' y la letra 'o' por el signo @ (querid@s amig@s), o si cada vez que uno dice "ciudadanos" debe añadir también "ciudadanas".

Dijo también que, a pesar de esta alergia, tendría que acostumbrarme al lenguaje incluyente (el que no excluye a las mujeres), "porque es un debate contemporáneo importante que estamos ganando poco a poco". Y concluyó con una pregunta: "¿Sí o no, Héctor?" Respondo: No, querida Florence, y voy a tratar de explicar por qué no.

El género es una categoría gramatical que no tiene nada que ver con el sexo. Cuando yo digo, por ejemplo, que "las personas tienen estómago", aunque "personas" tenga género femenino no estoy excluyendo a los hombres. Y aunque "estómago" sea masculino de género, lo llevan por dentro los dos sexos por igual. De hecho el órgano viril por excelencia, suele tener en castellano género femenino y (excúsenme los oídos castos) puedo citar los casos de la verga, la polla, la picha y la mondá, cuatro instrumentos idénticos de género femenino, aunque evidentemente de sexo masculino. Y en España, al menos, pasa lo inverso con la parte correspondiente de la mujer y, por típicamente femenino que sea (en cuanto al sexo) el coño, el género de esta palabra es masculino.

Cita Florence en apoyo de su tesis un titular de El Tiempo que decía así: "Piden cadena perpetua para violadores de niños". Thomas se indigna porque la mayoría de las víctimas del delito de violación son niñas y no niños, y siente que El Tiempo, al escribir niños, está dejando en la sombra a las niñas, excluyéndolas, negando su sexo, y propone que el título correcto debería haber sido: "Cadena perpetua para violadores de niñas y niños". En realidad, si el manual de estilo del periódico obligara a los periodistas a usar un "lenguaje incluyente", el título, más exacto, tendría que decir: "Cadena perpetua para violadores y violadoras de niñas y de niños". Sé muy bien que por cada mil violadores hombres, si mucho, hay una violadora mujer, pero si uno se va a poner muy preciso, y si se va a saltar la economía propia del idioma, es difícil saber dónde trazar la raya.

Como el género, insisto, es un asunto gramatical y no sexual, hay una convención en varias lenguas occidentales (español, francés…) según la cual ante un número plural de personas, se usará, por economía verbal, el género masculino, lo cual no excluye a las integrantes de ese grupo específico que tengan sexo femenino.

Si Florence viviera en Alemania no había podido escribir su protesta en el caso de los niños violados, puesto niño, en alemán, es neutro: das Kind. El género es una cosa arbitraria y rara. La palabra mano, en italiano, es femenina como en español, pero su plural (mani) usa la i, que es una típica terminación de género masculino. Se sabe que 'sol' es femenino en alemán (die Sonne, la sol), y luna se dice der Mond (es decir, el luna), y para mayor enredo, ni siquiera la palabra 'muchacha' es femenina, sino neutra: das Mädchen. Con esto quiero demostrar la arbitrariedad que tiene el género gramatical. Es más, hay lenguas no occidentales con muchísimos otros géneros: animal, neutro, dual, de cosa animada, de cosa inanimada, para vegetales, para minerales…

Florence pide "sentido común" en el uso del lenguaje incluyente. No lo pide para las novelas (menos mal) sino para "los documentos oficiales, los discursos políticos, las constituciones, leyes y decretos". El artículo 51 de la Constitución Nacional, por ejemplo, dice así: "Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna". La constitución de Florence diría: "Todas las colombianas y todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna". No me convence; me parece redundante, feo e inútil y me lo seguirá pareciendo incluso si algún día, como escribe Thomas "ganan este debate". Es más, me parece mucho más importante el debate de la vivienda digna que el del lenguaje incluyente.

Creo que en ese debate hay un exceso de susceptibilidad de parte de algunas mujeres. Sé que no todas ellas se sienten excluidas cuando se usa el género masculino para el plural, por simple economía de lenguaje, y no para discriminar. Al fin y al cabo, todas las personas que existen en el mundo pueden ser calificadas con adjetivos negativos, y también la mitad de los oficios y actividades pueden tener una connotación peyorativa. Y en todas esas acepciones negativas, el género masculino carga con la abominación, sin que los de mi sexo protestemos. Si usáramos de verdad un lenguaje incluyente, tendríamos que decir no sólo colombianos y colombianas, sino también asesinos y asesinas, borrachos y borrachas, secuestradores y secuestradoras, violadores y violadoras, feos y feas, brutos y brutas, estúpidos y estúpidas. ¿De verdad les parecería bueno usar el lenguaje así?

Sobre el verbo poner

Una de mis obsesiones es el mal uso que mucha gente le da al verbo colocar, por dárselas de elegantes y, algunos, porque dicen que solo las gallinas 'ponen'. Me encontré en las Lecturas Dominicales de El Tiempo esta gran aclaración sobre el tema que hace Soledad Moliner. Copio el texto completo, sabiendo que en cierta forma estoy infringiendo derechos de autor y algo de la propiedad inelectual del periódico.

La columna que la señora Moliner publica cada semana es my recomendable y es casi homóonima con este blog. se llama "Pida la palabra"

El link de la columna es éste.

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Por Soledad Moliner

No ponga colocar: coloque poner

La siguiente es una antología elaborada con ayuda de mis alumnos y de algunos lectores, donde el verbo colocar ha desplazado artera e incorrectamente al verbo poner. Casi todas proceden de medios de comunicación:

"Me coloca al borde de la quiebra"

"A la bebé la colocaron Valentina"

"Eso me colocó a pensar"

"Ella se colocó brava"

"La debo colocar en práctica"

"Esta tarjeta es para que no le coloquen problemas al entrar"

"Me colocó en ridículo"

"Voy a colocar la queja"

"Esas cosas me colocan nervioso"

"No pude asistir, porque mi mamá se colocó enferma"

La lista podría hacerse interminable ("me coloqué rojo", "colocamos mucha atención", etc.), porque los hispanohablantes ingenuos han creído que es mucho más elegante el empleo de "colocar" que el de "poner". Parte del encanto de una lengua son sus matices. Colocar es un matiz de poner, así como guisar es una precisión de cocinar. Por eso no son sinónimos, y a menudo es una barbaridad sustituir "poner" por "colocar".

En su acepción más amplia, según don Rufino J Cuervo, colocar es "poner en el lugar debido". La Real Academia dice algo semejante. Así, pues, colocar no es simplemente poner, sino poner donde corresponde. De manera que nadie se coloca colorado, ni enfermo. En cambio, aquella lamparita hay que colocarla en la mesa roja, porque en la verde se ve mal.

Otras dos acepciones específicas de colocar: 1) Invertir dinero, acciones o valores ("Coloqué plata al tres por ciento"). 2) Acomodar a una persona en un empleo ("Mi hermano se colocó en el Senado").

Como norma general, evite el uso de "colocar" y juéguesela con "poner": hay menos posibilidades de meter las patas y ponerse colorado.

Además, conviene hacerlo ya mismo, antes de que el virus contamine a toda la familia: "Hay que poscolocar la cita", "No es bueno antecolocar los intereses personales a los de la patria".

Y aquí pongo término a esta columna y coloco el punto final.

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Formule sus
consultas sobre lenguaje a soledadmoliner@hotmail.com o a LECTURAS FIN DE SEMANA de EL TIEMPO, Avda. Eldorado 59-70, Bogotá D. C.

Wednesday, August 16, 2006

Última noche

Otro más de los ejercicios de escribir algo sobre alguna imagen. Éste es un afiche que tengo en mi casa y Clauz, siguiendo el juego que ahora tanto me gusta, me invitó a inventarle una de esas historias que no se ven.
La última noche

Desde que se terminó la construcción del nuevo puerto fue disminuyendo la cantidad de los barcos que pasaban por acá. Hace tiempo que ninguno se aparece y a pesar de eso habían decidido mantener el faro. Finalmente llegó algún burócrata con algo de seso y programó que esta noche sea la última. Pareciera que el mar lo supiera y además de apagar la luz quisiera destruir la estructura para que no quede ni el recuerdo.

Tuesday, August 15, 2006

Una ballena en el Támesis

A comienzos de este año se supo de una ballena extraviada en el Támesis. En su momento escribí algo sobre eso en el blog En medio del ruido y hoy me doy cuenta que fue el comienzo de lo que hoy llamo "Palabras de fotos". No fue sólo la foto la que me inspiró un cuentito pero fue el construir una historia de lo que no se ve en lo que nos cuentan. Aquí la dejo.

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Una ballena andaba de gira por Londres. Dicen que se distrajo siguiendo peces, como una niña que se extravía de sus padres, corriendo tras un globo suelto y gritando de alegría. Pudo ser también que tareara viejas canciones, de la misma forma que los humanos vamos por la calle pensando en quién sabe quién, o nos pasamos del paradero correcto del transmilenio porque andábamos recordando o imaginando los abrazos de quien nos cambió la vida.

Aunque la ballena iba cantando, y eso no lo dicen quienes la vieron, su inaudible canción buscaba sólo un par de oídos. Centenares de peces y unos delfines que anteriormente habían ido por allí cuentan que en algún segundo piso cerca del Támesis permanecía una vieja sirena, quien hace cientos de años se exilió voluntariamente en la zona, mucho antes que se construyera la torre, el parlamento o el Big Ben. La ballena iba llamándola con sus cantos ancestrales. Hay quienes aseguran haber presenciado que desde una silla de ruedas se lanzó al agua una anciana con una enorme y dorada cola de pescado, según pudo verse al caer la manta que cubría la parte inferior de su cuerpo. Las vieron escapar río abajo saltando alegremente. En la orilla quedó la silla vacía y un sirviente tan viejo como la anciana. Dicen que responde al nombre de Ulises.

Saturday, August 12, 2006

Palabras a partir de imágenes

Después de ver una foto en el blog de Víctor Solano "Tallar con luz" se me ocurrió inventarle un pedacito de historia. Me gustó el ejercicio y a partir de hoy creo una categoría en este blog llamada "Palabras de fotos", pequeños textos o cortas frases construidas a partir de lo que una imagen me provoca. Van los primeros, basado en las fotos "mar blanco" y "Flamingo road" del blog de Víctor.

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Mar Blanco


"Jugaban a los submarinos bajo el mar blanco. El capitán había ordenado el silencio en las comunicaciones mientras el peligroso destructor vagaba por la superficie con su vistosa bandera del color de la rosa de China. Si eran descubiertos se echaría a perder la expedición."

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Flamingo Road

A tu derecha surgió de repente, tras una curva, la primera laguna de flamengos. "Entonces el viejo no me estaba engañando", pensaste. Era solo el comienzo; monte adentro podrías descubrir que el hombre mentía pero ya estarías demasiado lejos, sería demasiado tarde. Sorbiste un poco de agua y siguiendo la sombra de unos matarratones te internaste en la maraña."

Tuesday, August 08, 2006

El pecaminoso placer de una bebida negra

Con los codos apoyados sobre mis rodillas, tomándote entre mis dos manos, cierro los ojos y tu aroma me eleva. Viene a mis recuerdos un desayuno en la finca. Mesa burda de madera sobre el cemento entre las dos casas; en un plato las arepas recién asadas en el horno de leña mientras yo estoy sentado en el banco largo donde caben también mis hermanos. En mi ensoñación, como hoy, sostengo una taza sin orejas que me entrega un café lleno de misterios. Abro los ojos y estoy de vuelta en mi sala, sobre el piso, con postura de monje. Dirijo el borde del pocillo hacia mis labios que tiemblan ante el humeante líquido negro que se les aproxima pero el olfato los calma al contarles que no es ningún castigo medieval sino una forma más de complacerlos.

Sin azúcar, como debe ser, entra en mi boca mientras las notas frutales y ácidas empiezan a bailar de un lado a otro. El amargo en su punto justo se explaya mientras hago unos buchecitos para que los secretos del pecado salten por mi boca. Su divino poder que quita el cansancio va a mi estómago camino a mi alma. Lento, el café pasa bajó la campanilla haciendo música con ella y mis labios se abren cuando la taza se aleja para permitir unos cuantos segundos de éxtasis. Antes que la siguiente dosis de poder llegue como un sorbo a mi cuerpo.

Tuesday, August 01, 2006

Un ejercicio para el diplomado

Ahí está mirándome. ¿O no? ¿O está mirando por estos lados pero no a mí? ¿Estará mirando a esa loba boba de allá? Ahí está con los amigos, que jartera de tipos. En cambio él es mucho divino, un poquito callado pero lindo. Y dicen que es lo más de tierno. Sí, creo que me mira porque cuando después de un instante de sostenerle la mirada voy a sonreírle baja la cara y se hace como que no es con él. ¿Será que no sabe bailar? Mucho bobo, eso no importa. Yo le enseño gratis si quiere. Además ninguno de esos patanes de sus amigotes baila nada y no les importa. Eso sí, tienen decisión y no les importa hacer el oso.

Otro merengue que suena y yo sigo sentada esperando que él venga. Me ha tocado un par de veces decirle a otros que no quiero bailar a ver si el viene aunque sea a saludarme. Pero nada, siempre con su coca cola en la mano. Yo creo que sí lo dejaran se iba a poner la música para no tener que pasar por el oso de quedarse sin bailar. Al menos así tiene una excusa; chimba pero excusa. Y estos otros impertinentes que se la quieren rumbear a una como si fuera una puta. No me imagino si se enteran que uno como ellos le hizo algo así a sus hermanas. Parece que para ellos las hermanas no fueran mujeres sino ángeles o reencarnaciones de la virgen. ¿Virgen? Si supieran lo que yo sé son capaces de echarlas de la casa. Y le proponen a uno lo mismo... pendejos hipócritas.

¿Ves? Allá va, a hablar con el DJ, preguntando por alguna canción. Por qué tengo que esperar a que ellos vengan? Pasa y pasa la fiesta y uno aguardando como en un mercado de esclavos a que los amos la escojan a una. ¿Oye, tú lo conoces? Vamos al baño y de vuelta me lo presentas como si nada ya que no está con los amigos. A ver si se pone rojo.... pobrecito, me imagino que le da pena todo. Pero no importa, está divino a pesar de esa camisa a cuadros que su mamá le debió poner para la fiesta como si fuera lo último de la moda. Con el tiempo le voy corrigiendo los gustos y que se vaya despegando de su mamita porque así no vamos a llegar a ningún lado.